La Guía para la interpretación sobre la responsabilidad de las empresas de respetar los Derechos Humanos, tiene como propósito de ofrecer una explicación adicional a los Principios Rectores con la finalidad de facilitar la comprensión de su significado y su objetivo. A continuación, se presenta la estructura de interpretación de los Principios Rectores:
Se utiliza para designar una declaración pública y de alto nivel formulada por una empresa para exponer su intención de hacer frente a su responsabilidad de respetar los derechos humanos.
1.Demuestra, tanto dentro como fuera de la empresa, que la administración entiende que se trata de una norma mínima que confiere legitimidad a la realización de sus actividades empresariales;
2.Comunica claramente las expectativas de los altos niveles directivos acerca de la forma en que todo el personal, así como los socios comerciales y demás entidades con las que la empresa trabaja, deben actuar;
3.Pone en marcha el desarrollo de los procedimientos y sistemas internos necesarios para cumplir ese compromiso en la práctica;
4.Es el primer paso fundamental para incorporar el respeto de los derechos humanos en los valores de la empresa.
La diligencia debida en materia de derechos humanos es la forma en que una empresa determina que información necesita para comprender sus riesgos específicos relacionados con los derechos humanos en un momento determinado y un contexto operacional dado, así como las medidas que necesita adoptar para prevenir y mitigar esos riesgos.
La diligencia debida en materia de derechos humanos no constituye un formula única. Empresas de distintos tamaños, de distintos sectores, con estructuras corporativas diferentes y en circunstancias operacionales distintas que ajustar sus procesos para satisfacer esas necesidades. No obstante, los elementos principales de la diligencia debida en materia de derechos humanos – evaluación, integración, actuación, seguimiento y comunicación- junto con los procesos de reparación, proporcionan a la administración de cualquier empresa el marco necesario para saber, y demostrar, que está respetando los derechos humanos en la práctica.
Una empresa, no puede cumplir su responsabilidad de respetar los derechos humanos si causa o contribuye a causar consecuencias negativas sobre esos derechos y luego no contribuye a su reparación.
Si una empresa reconoce que ha causado o ha contribuido a causar consecuencias negativas sobre los derechos humanos, en muchos casos estará en buena situación para desempeñar un papel directo en la búsqueda de una reparación rápida y eficaz.
Fuente: https://www.ohchr.org/Documents/Publications/HR.PUB.12.2_sp.pdf
En cualquier contexto, las empresas deben:
a) Cumplir todas las leyes aplicables y respetar los derechos humanos internacionalmente reconocidos, dondequiera que operen;
b) Buscar fórmulas que les permitan respetar los principios de derechos humanos internacionalmente reconocidos cuando deban hacer frente a exigencias contrapuestas;
c) Considerar el riesgo de provocar o contribuir a provocar violaciones graves de los derechos humanos como una cuestión de cumplimiento de la ley dondequiera que operen.
Este enfoque consiste en establecer una sistemática de trabajo que comprende cuatro pasos: planificar, integrar, verificar y actuar, aplicables a cualquier sistema de gestión.
Los elementos de gestión permiten a las empresas de manera estructurada identificar riesgos e impactos dentro del alcance de sus actividades, con el objeto de ayudar a prevenir, mitigar y manejar los riesgos asociados con el cumplimiento y respeto de los derechos humanos.
Los riesgos relacionados con los derechos humanos se refieren a una o más consecuencias negativas que pueden acarrear las actividades empresariales.
La metodología presupone la participación del personal del más alto nivel de la empresa hasta el personal operativo, sabiendo que la implementación de las mejoras dependerá del compromiso global que demuestren los miembros de la empresa.
A continuación, se describe la vinculación de cada paso con los Principios Rectores:
Paso 1, la empresa debe conocer cuáles son los derechos humanos relevantes a sus actividades y su contexto, así como los mecanismos de gestión que responden a su cumplimiento; esta información determinará el alcance del compromiso político de la empresa.
Paso 2, con los resultados de la evaluación de riesgos en derechos humanos, la empresa deberá integrar en sus prácticas empresariales los planes de acción de las áreas que se encuentren débiles o en las cuales haya ausencia de gestión para evitar o minimizar los riesgos relacionados con los derechos humanos.
Paso 3, realice el análisis de las medidas implementadas, verificando que hayan sido eficaces y que respondan al compromiso político adquirido, además comunique externamente estas medidas, sobre todo cuando las partes interesadas hayan planteado inquietudes o quejas relacionadas.
Paso 4, emprenda acciones de mejora que le permitan reparar las consecuencias negativas mediante la implementación de mecanismos de reclamación y reparación eficaces.
Principios Rectores asociados a cada etapa de la metodología.